marzo 28, 2024

¿Es usted un genio de la táctica? | Por James Plaskett

Los libros de posiciones tácticas para resolver son comunes en el ajedrez. Y la razón es que de alguna manera es como practicar las habilidades ajedrecísticas antes de un torneo. Uno de los primeros libros de esta naturaleza fue el que presentó el norteamericano Fred Reinfeld, prolífico autor y —dicen algunos— maestro internacional de ajedrez: 1001 Combinaciones y sacrificios brillantes (Bruguera). Posteriormente sacó un segundo libro de esta naturaleza: 1001 combinaciones de mate. A partir de ahí, ver libros de ejercicios de táctica es bastante común.

james plaskettLa realidad al respecto ya la mencionaba Kotov en su libro Piense como un Gran Maestro (Batsford), en donde, entre los consejos que da, hay uno evidente: “Todo aquel que haga ejercicios de táctica, todo aquel que resuelva problemas de juegan blancas y ganan, juegan negras y empatan, por ejemplo, verán que su nivel de juego aumenta en relativamente poco tiempo”. Y es que ahora sabemos que el cerebro —a través de estos ejercicios— se va entrenando, y de alguna manera va guardando los elementos de la táctica ajedrecística. Si a esto le sumamos los temas conocidos: clavada, doble ataque, peón que corona, recurso del ahogado, etcétera, entonces podemos desarrollar esta habilidad poco a poco. De hecho, se puede nacer con una habilidad innata para el ajedrez, pero quien tenga un talento regular, valga la expresión, puede desarrollar su visión táctica haciendo muchísimos ejercicios de esta naturaleza.

Hoy en día, con tantas bases de datos con partidas y programas que analizan a detalle las posiciones, podemos buscar momentos cumbre de las partidas, en donde se dan las combinaciones más fantásticas. Si demás, por si fuera poco, las analizamos con el amigo de silicio, Fritz o Rybka, podemos asegurarnos de lo certero de los análisis.

james plaskett

James Plaskett, gran maestro del Reino Unido, ha escrito un interesante librito de ajedrez de ejercicios tácticos.

En general va de menor a mayor dificultad y valora, a través de puntos, los esfuerzos del lector al resolverlos. Si el estudioso se atora en una posición en particular, puede pedir una ayuda al propio libro, el cual descuenta los puntos por ayudarse. Vamos, es un libro de premios y castigos —lo que añade un toque personal, pues Plaskett es un estupendo autor.

Plaskett pone ejemplos de partidas relativamente actuales, es decir, omite (y con razón), los ejemplos de táctica que ya hemos visto infinidad de veces. Probablemente su libro se hizo buscando posiciones tácticas en las bases de datos de partidas, las cuales hoy en día tienen más de cinco millones, más las que se acumulen este año. Igualmente, el autor pone partidas propias en sus momentos culminantes. Plaskett de hecho publica la partida (en su momento crítico) que me ganó en el torneo anual de Hastings 1988/89, en donde fui sorprendido con un doble sacrificio de pieza. Quizás ahí está mi contribución al ajedrez (como el perdedor).

Me queda claro que si el lector hace todos los ejercicios propuestos, habrá dado un paso en mejorar su ajedrez. No me queda duda ninguna.